domingo, 18 de noviembre de 2012

No estaba ni triste ni contenta, no hacía ni  ni , no pensaba  nada...y de pronto te vi, parado frente a mí, sonriendo, atildando como siempre (digo "como siempre" porque hasta hace 4 meses siempre había sido así, y gente, generalmente, cambia poco). -Hola... hasta el mismo perfume. 
Y el gesto protector de agarrarme del brazo. Un gesto mecánico que me encantaba, pero en esta oportunidad me obligó a recapacitar que no era algo que hacías solamente conmigo sino con cualquier mujer que estuviera cerca. Y que, por supuesto, conocieras. 
-Hola. Ese perfume... y la presión de tu mano...y un beso al vuelo en la mejilla... 
Mi mente esta fría, razonadora, en guardia. Pero mi cuerpo, como si obrara por su cuenta, como si fuera un ente aparte de mi inteligencia y mi psiquismo, se conmovió. 
-Tenía el presentimiento de que un día de estos iba a verte... La voz. Ahora era su voz rozándome, rasgándome, entrando en mi temblor. Una voz que me sublevó con palabras, que con palabras me suavizó, me hizo reír, que me llenó de ternura, de lástima, de rabia... 
-Así que sos adivino - musité. Porqué el sarcasmo? Por qué no podía responder tranquilamente, estableciendo una distancia que me mantuviera lejos de la conmoción y los reproches? ¿Había sido difícil lo nuestro, o yo transformé en complicada una cosa que pudo ser sencilla y transparente? 
Si el cerebro hiciera ruido, hubiera oído el rugido de todos sus motores en marcha. Los recuerdos iban y venían, como flechas lanzadas al aire por un arquero loco. 
Mis largas esperas junto al teléfono aguardando una llamada que no harías. Tu aparición al día siguiente, como si nada, extendiendo los brazos: " me fue imposible, tu nro. daba ocupado, ocupado" Excusas increíbles, mentiras infantiles... eras un campeón defendiéndote de estupideces... Después te ibas y yo me quedaba rumiando la bronca, desolada, con ganas de tirarte por la ventana o matarte. Pero no te tiraba por la ventana... ni te clavaba un cuchillo en el corazón. No. Me iba a la peluquería, trataba de parecerte hermosa, de peinarme como te gustaba, de usar los colores que preferías... ¿eso que no había otra cosa en mi vida más que vos? Acaso no podía quitarte de mi centro? 
Caminando por la calle te llevaba conmigo, aunque no estuvieras allí. Viendo una película en el cine o por tv, secretamente te la comentaba. Mirando vidrieras. Oyendo música... Conversando con otras personas. Qué manía tenemos las mujeres cuando nos enamoramos. Todo lo transformamos en "él". Pero, ¿"El" nos tiene presentes TODO EL TIEMPO? 
Me di cuenta de que habías tomado mis dos manos entre las tuyas. Dios mío! otra vez mi cuerpo traicionándome, obrando por su cuenta, sin pedirle permiso a mi criterio. Mi cuerpo emocionado por el calor de esa piel tan minuciosamente conocida, esa textura entre áspera y suave que me perteneció hasta el punto de convertirse en mi propia piel... Quise retirar las manos, pero ellas se quedaron ahí, sumisas, entregadas. 
Mi cuerpo te extrañó. Mi cuerpo te buscó entre sueños. Mi cuerpo se quedó insomne imaginándote. Fueron noches interminables. Fueron días de sonámbula desconsolada. Fueron meses de llantos repentinos que me obligaban a abandonar la mesa, el escritorio, y correr a encerrarme en el baño hasta que el diluvio se detuviera el diluvio, y después retocar el maquillaje, respirar hondo y regresar dando una excusa que seguramente nadie me creía. 
Me costó tanto, tanto sacarte de esa obstinada espera, borrarte de mi tiempo cotidiano, aprender a mirar los relojes sin que manejaras las agujas... Me costó tanto, tanto recuperarme para mí, volver a ser "una persona"" y no "los dos". Y ahora, ahí en pocos minutos, estabas otra vez dueño y señor de la situación, moviendo las piezas necesarias para otro jaque mate. 
-Nunca volvía a querer... lo que vos despertaste en mí fue único - afirmaste teatralmente -Y estás solo? -bueno, solo, solo... no. no quiero mentirte. Tengo una relación... nada importante- 
La misma de hace 2 años?  -No. Eso terminó. te dije que era solamente un recreo fugaz, una equivocación, una tontería de distraído...algo que se puede cortar en cuanto lo decida... Fue como volver a oír cosas que había escuchado. Como ver nuevamente una película vieja. ¿otra vez? ¿pasar por todo aquello otra vez? 
Mis manos se soltaron. Mi pulso se fué tranquilizando. Mi cuerpo volvió a mí... miré el reloj 
-Perdóname, pero ya llego tarde- mentí, tranquilamente. 
-Puedo llamarte mañana? 
-No, ni mañana, ni pasado, ni nunca. yo también tengo un compromiso, sabes? pero no se trata de algo sin importancia. Es una persona muy valiosa y no quiero perderla jamás. 
Se te endureció la mandíbula. Ese gesto de bronca que conocía de memoria. 
-Bueno... - te pusiste de pie para despedirme - que todo salga bien. -gracias, todo va a salir bien. Me lo merezco. y salí sonriendo Salí apurada, casi corriendo. 
Mi compromiso era en verdad con una persona muy valiosa, que no quiero perder jamás. CONMIGO " ... 

No hay comentarios: