martes, 19 de noviembre de 2019

Viaja

Viaja: 
Cuando saque los pasajes no entendía ni que estaba haciendo. Recuerdo que al instante me arrepentí, tenia miedo de viajar sola, no por cobarde, ni porque me pase algo, sino del estar lejos, de la incertidumbre, la inseguridad personal.
El día del vuelo quise cambiar el pasaje para el lunes, para estar el finde con mi amor, que lo iba a extrañar mucho. En el avión seguía sin entender nada. 
Hoy después de estos 16 días, ya habiendo regresado puedo decir: haz siempre algo que te de miedo. 
No vinimos a esta vida solo a trabajar para pagar nuestras obligaciones, hacer lo que te impongan, estudiar lo que conviene, la vida es otra cosa. Es sentir, es aventura. 
En el avión tuve la suerte y coincidencia de encontrarme una personita hermosa, Ro ♥, quien me invito a hospedarme en casa de amigos, tipo, que locura no?
Primero dije que no, me dio miedo, viste uno vive acá desconfiando, pero luego de un par de salidas acepte la invitación. Cancele todas mis reservas de hoteles, y ahí estábamos, en la casita de Leito, otra hermosa persona que encontré en mi viaje. Ahí empezó el verdadero viaje, cambiando todos los planes, cosa que odio, pero otra cosa que aprendí es, que los planes pueden cambiar. 
Casualmente, conocí gente que fue cambiando sus planes, Ro, iba a ir a Mendoza, Agustín, otra personita hermosa y pura, que iba a ir solo a Miami. Y los chicos, Leito, viviendo años en cada país, Marcela, mudándose a Guadalajara, y Martín, hace un año llegado de la ciudad de la furia, también buscando cambiar su zona de confort. 
Aprendí a disfrutar mas de la naturaleza, de los instantes, las risas, el sol, olvidar esos kilos de mas y andar por ahí suelta y feliz porque sí.
Tuve instantes de altibajos, de extrañar, de tener miedo, de querer volver, hasta de no querer regresar.  
Sin embargo, lo mas hermoso del viaje fue reafirmar.
Reafirmar, que uno vuelve, y tiene un lugar, tiene una familia, un amor hermoso, tiene un departamento, una moto y un auto, un trabajo, y aprender a valorar lo que uno tiene. Poder irse y regresar y que este todo en paz fue lo mas lindo de este viaje, mas la auto-reflexión profunda por la que pase. 
Sobre todo miamor, mi bebi, que no cambio por nada, cada día afirme mas que quería estar por siempre con él. 
Mi compañero de vida, mi todo. 
Aprendí que no esta mal viajar en pareja, pero separados. Si uno refuerza el amor en ese viaje, lo cual fue lo que me paso. 
También es lindo saber que tenemos a donde ir, amigos de viajes que te ofrecen su hogar, entonces se multiplica lo bueno de viajar.
La moraleja es, siempre que puedas, viaja.
Olvida el celular, todo va a estar en paz cuando vuelvas.
Disfruta cada instante. Somos instantes.