miércoles, 8 de mayo de 2019

Hay historias que son una travesía imposible de domar. Que tienen más olor a capricho que a amor de verdad. Uno se empecina y va seleccionando las partes que se le adecúan a un deseo que no va a ser satisfecho, sino maltratado. Castigado.
Memoria selectiva y poco digna.
Mentirosa.
Y sin embargo, ella apuesta a un número que no va a salir.
Sigue.
Pateándose la cara a sí misma, dejando el cuerpo y el alma en intentos que van a fracasar porque ya fracasaron antes. Entonces continúa con su lucha a sangre, sudor y lágrimas. Transpira la camiseta. Se obsesiona y se cree que es así. Que esa es la manera en que deben suceder las cosas cuando uno se enamora.
Las ves sacando cuentas de palabras que se dijeron y de las que se callaron.
Imaginando, en fantasías, lo que la realidad no puede darle.
Se vuelven demasiado y sospechosamente  buenas. Se ponen a disposición y hasta, a veces, las ves en venta sin precio.
Regaladas.
Se desgastan tanto, que un día no saben ni lo que tienen en frente cuando se miran los ojos al espejo.
Lo dan todo, porque creen que amar es dar para que el otro valore lo que tiene al lado.
Son psicólogas, financistas, amigas, madres, señoras, enfermeras, amigas y amantes.
Mudas.
No dejan sillas vacías. Salvo la propia.
Son historias que tienen más de guerra que de paz. Que dan dolor de estómago y nudos eternos en la garganta. Que corrompen la libertad al punto de vivir ojeando un llamado que no tiene sentido, más que lo que vale una nueva gota de esperanza a la negativa de lo evidente.
No es así.
Cuando alguien te quiere, todo se vuelve simple. Y te das cuenta que te quiere porque no te duele nada. El otro te valora porque te ama:  Porque te ama.
Dar no tiene nada que ver con entregarse.
A veces se trata de entender y nada más.
El amor, siempre siempre, sana. Todo lo demás es otra cosa.
Si se siente dolor.
Si se vive tachando cartuchos, probando cuál va a servir.
Si se llora en silencio.
Si se muere la autoestima.
Si una se esfuerza para ser reconocida. Mirada. Cuidada. Mimada. Admirada, Valorada.
Si se pierde una misma.
Entonces eso, se llama otra cosa.
Menos amor.


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